BATALLA DE BADR (624)

El combate comenzó cuando tres combatientes de Quraish se adelantaron a pie para entablar un enfrentamiento de hombre a hombre: Otba Ibnu-Rabi’a, Shaiba Ibnu-Rabi’a y Al-Walid Ibnu-Otba. Tres musulmanes de los Al-Ansâr (Los auxiliadores del Profeta) se adelantaron a pie para hacerles frente, pero éstos rehusaron y pidieron luchar con sus homólogos (de entre los emigrados). El Profeta, eligió a los siguientes tres: a Ali Ibnu-Abi-Talib, a Hamza Ibnu-Abd-Al-Muttalib y a Abu-Ubaida Ibn-Al Haruz Ibnu Abd-Al-Muttalib.
Observa que cada vez que se exigía ofrecer sacrificio, el Profeta, lo hacía con sus familias, y no con los extraños.
El duelo terminó con la muerte de Al Walid y Shaiba a manos de Ali y Hamza respectivamente. Sin embargo, Otba y Abu-Ubaida siguieron combatiendo hasta que el último perdió su pierna. Y cuando estaba respirando su último aliento, miró hacia el Profeta y le preguntó: “¿ He cumplido con mi deber, Profeta de Al·lâh?.”… ¿Has visto hasta qué grado llega el amor y la lealtad?… El Profeta, dijo luego: “¡Señor mío!, Te pongo por testigo de que Abu-Ubaida ha cumplido con su deber”
Y después comenzó de lleno la batalla, y comenzaron a caer los líderes de Quraish,. una gran sorpresa sucedió a mano de dos muchachos. Sucedió que Abdul-Rahman Ibnu Awf quien tenía el liderazgo del ala derecha del ejército musulmán, constituido por no más de 15 o 20 efectivos, vio entre los soldados a un muchacho de 15 años llamado Mu’adh y a su primo de 14 años.
Al margen de los acontecimientos, conviene observar que el Profeta no permitía a los niños participar en las guerras, respetando los derechos de los niños. No obstante permitió a estos dos muchachos hacerlo, después de su insistencia y después de probarle que podían manejarse perfectamente en la guerra. Los dos muchachos corrían como dos rápidas flechas. Pero siendo muy pequeños, no podían llevar las espadas de la forma habitual, y por eso las llevaban atadas alrededor de sus brazos y acordaron un plan entre ambos. Mu’adh dijo a Mu’awwedh: “Apuñala el caballo de modo que el hombre caiga y entonces yo voy a darle un golpe de espada” y pusieron en práctica este plan tal como lo habían concebido. Sin embargo Ikrima Ibnu-Abi-Yahl corrió detrás de ellos, una vez abatido Abu Yahl y apuñaló el brazo de Mu’adh de modo que se lo dejó colgando de su hombro. Mu’adh dijo “Me di cuenta que mi primo iba a llegar al Profeta antes que yo; y quise darle la buena noticia al Profeta antes que él; entonces puse mi brazo bajo mi pie y lo arranqué de modo que no supusiera un obstáculo en mi vía al Profeta. Luego corrí al Profeta informándole de las buenas noticias sobre la muerte de Abu-Yahl.”. Abdul·lâh lbn-Mas’oud, el más débil entre los compañeros del Profeta, vino para verificar la veracidad de tales noticias, y encontró a Abu-Yahl todavía vivo respirando su ultimo aliento, y lo remató. La ironía está en que la matanza de Abu-Yahl se llevó a cabo a manos de dos adolescentes y por el hombre más débil de los compañeros del Profeta.
El Profeta Mohammad ordenó a su ejército que nadie matase a Abul-Bujturi Ibnu-Hisham como signo de gratitud por lo que este hombre había hecho a favor de los musulmanes durante el bloqueo.
Observa la ética militar del Profeta, que solamente el mundo ha sabido después de la segunda guerra mundial. En lugar de combatirle, cada vez que un compañero veía al hombre, lo evitaba, el hombre se sorprendió y preguntó a un compañero: “porqué no me combates? Y el compañero le respondió: “El Profeta nos ha ordenado no matarte”. El hombre, preguntó sorprendido: ¿Porqué? El compañero contestó: “Por gratitud hacia a lo que has hecho en los días del bloqueo”. No obstante el hombre despiadadamente preguntó: “Y si yo comienzo a combatirte?” El compañero respondió: “Escaparé de ti obedeciendo la orden del Profeta”. El hombre quedó persiguiendo al compañero hasta que obligó al último a matarle en defensa propia. Y después se acercó al Profeta llorando y pidiendo perdón porque había tenido que matarle en defensa propia. El Profeta dijo “Cálmate. Solamente quise expresarle nuestra gratitud”
Tienes que ser humilde ante Alah durante este Ramadán para que te otorgue la victoria después de Ramadán. Yibril (Gabriel) descendió con miles de ángeles para afianzar a los creyentes. “Cuando tu señor inspiró a los ángeles: Estoy con vosotros, dad firmeza a los que creen; Yo arrojaré el terror en los corazones de los que no creen. Por lo tanto golpead las nucas y golpeadles en los dedos” (TSQ, 8:12)
La valentía y la seriedad de parte de los musulmanes, les condujo a una victoria colosal tomando venganza de cada uno de los que antes había causado perjuicio a los musulmanes. Setenta líderes de Quraish murieron. Incluso Abu-Lahab, quien rehusó salir con el ejército, murió en Makka de forma terrible.
El Profeta cavó una fosa llamada Al-Qulayb, en la que se enterraron a los 70 cadáveres de Quraish. Después se puso a pie delante de la tumba y les preguntó: “¿habéis encontrado verdad lo que vuestro Señor os ha prometido?”
La batalla terminó con la muerte de 14 compañeros del Profeta, 13 de ellos de Al-Ansâr (Los auxiliadores) y 1 solamente de los emigrados; su compromiso con el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, consistía en un acuerdo que incluye el sacrificio hasta el último aliento.

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