Ejércitos Reino Visigodo y Imperio Omeya.
Conflicto Invación Musulmana de Europa
Comandantes Rey Rodrigo y Tariq Ibn Ziyad, Musulmán
Fuerzas Visigodas 40.000 Hombres/ Fuerzas Musulmanas 12.500 Hombres.
Resultado Victoria Arabe.
Bajas desconocidas.
Nombre con que se conoce una decisiva batalla acontecida en Hispania el 19 julio de 711 Es discutible el lugar exacto de la batalla, dudándose entre el río Barbate, la laguna de la Janda o el río Guadalete. en Bética (Andalucía, España). En ella el rey visigodo Rodrigo fue derrotado y probablemente perdería la vida a manos de las fuerzas musulmanas comandadas por Tariq ibn Ziyad. Este estaba bajo las ordenes de Musa ibn Nusair gobernador del norte de África, el cual en connivencia con el conde de Ceuta Don Julián, gobernador y vasallo de Don Rodrigo (en el momento en que el rey Rodrigo se encontraba en el norte combatiendo a los vascones) pero con lazos de fidelidad con el destronado rey Witiza, planeo la invasión de Hispania, facilitándole este el cruce en las columnas de Hércules (hoy Estrecho de Gibraltar) en la noche del 27 al 28 de abril de 711. Un año antes, en julio de 710, Tariq ya había penetrado en Hispania en una razzia que llevo a cabo con 500 bereberes con el propósito de reconocer militarmente la zona.
Es muy probable que Tariq desembarcase en Tarifa unos 8.000 soldados de a pie bereberes, tomando Carteya (Cádiz) y posteriormente Algeciras, donde rechazó el ataque de Bancho o Sancho, sobrino de Rodrigo que había salido a su encuentro.
Esta victoria le proporcionaría a Tariq una caballería de la que carecía. Su ejército se vería reforzado por otros 5.000 bereberes enviados por Muza, con lo que su hueste pasó a ser de unos 12.000 a 15.000 soldados.
Mientras todo esto acontecía el Rey visigodo se encontraba en el norte de la Península Ibérica combatiendo a los vascones en Pamplona. La noticia le tarda en llegar dos o tres semanas. La crisis que padecía el reino visigodo en aquellos fatídicos momentos, con continuas confabulaciones y guerras fratricidas entre la nobleza para hacerse con el trono limitaron considerablemente el margen de maniobra de Rodrigo a la hora de reclutar un ejército con que hacer frente a la invasión, viéndose obligado a aceptar la interesada ayuda de los witizanos cuya traición desconocía. Tal como fuere pudo organizar en Córdoba precipitadamente un ejército de 45.000 hombres y partir al encuentro de Tariq.
El choque tuvo lugar en Wadi Lakkah, en la actual Cádiz, aunque hay historiadores que sitúan la batalla en Barbate o en la propia Medina Sidonia. Durante dos días ambos bandos se tantean en sangrientas escaramuzas. Una vez tuvo comienzo la batalla los hijos de Witiza y sus partidarios siembran la discordia entre las filas de Rodrigo, traicionándole al retirarse y dejando desprotegidos los flancos del ejército, ante el asombro de los partidarios del monarca. El centro del ejército de Rodrigo resistió la embestida de las fuerzas musulmanas logrando a rato detenerla pero mas temprano que tarde terminó por ceder y la retirada fue en desbandada sembrandose el desconcierto entre las filas visigodas y huyendo a toda prisa hacia el norte. La destrucción de la fuerza visigoda ante el engaño de Witiza, el desconocimiento total del modo de combatir árabe y la probable muerte de Rodrigo dejó la puerta abierta a Tariq para apoderarse de Toledo en el año 714. Desprotegida al llevarse consigo Rodrigo su comitatus y a los spatarios de su guardia real la ciudad no opuso resistencia.
El fulminante avance musulmán vino motivado por el posterior desconcierto en las filas godas tras la aplastante derrota del ejército real y la muerte del monarca, aumentado por la rápida caída de la capital que evitó la elección de un nuevo rey y el establecimiento de una línea de resistencia. Lejos podían suponer los conjurados que su petición de ayuda para recuperar el trono a cambio de tributos les iba a costar tan caro y cuales eran las verdaderas intenciones de conquista de los árabes.En el devenir que tomaron los hechos hubo factores importantes que lo propiciaron como los numerosos descontentos que se unieron a las fuerzas de invasoras, encontrando la colaboración de la población judía, la cual venía siendo perseguida por la monarquía católica visigoda, y de gran parte de la población que no opuso resistencia, exasperada por las continuas hambrunas y epidemias y deseosa de una estabilidad política.
Con posterioridad Musa desembarcaría él mismo en Algeciras al mando de 18.000 árabes que reforzarían al contingente Tariq, prosiguieron la ocupación de las tierras hispanas hasta el valle del Ebro, Asturias y Galicia y su intento de invadir el resto de Europa a través del reino franco merovingio.
Por todo ello la batalla de Guadalete, que podría no haber pasado de un mero enfrentamiento, supuso de facto la conquista casi total de la Península Ibérica en apenas cinco años, la desaparición del reino visigodo de Hispania, y el domino musulmán de la península que duraría casi 800 años. De entre las huestes derrotadas que huían hacia el norte del campo de batalla y de la caída de Toledo se encontraría muy probablemente Don Pelayo, noble visigodo precursor de la Reconquista tras la batalla de Covadonga.

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